Las cinco cosas más importantes de la vida
...o las cinco cosas de las que nos arrepentimos antes de morir.
Bonnie Ware |
Según Bonnie Ware, enfermera que
lleva muchos años trabajando en los cuidados paliativos a los
enfermos terminales, experiencia de la
que habla en su blog y que después vertió en su libro “Regrets of the dying“, lo
que se podría traducir como “lamentos de
los moribundos”, en el que afirma que en todos los casos que ha conocido a lo
largo de su extensa experiencia profesional durante las semanas que acompañaba
a los diversos moribundos, siempre oyó las mismas quejas de quienes,
estando al borde de la muerte, hablaban de sus vidas y de lo que se arrepientían
por haber hecho mal o por no haberlo hecho nunca.
Estas quejas se podrían resumir en
cinco apartados distintos que ponen en evidencia aquello en lo que coinciden
todos los que estaban en el último trance de sus vidas, lo que nos puede
alertar a todos los que aún tenemos posibilidad de cambiar de vida o dar
importancia a lo que de verdad lo tiene, para no llegar a ese momento crucial
lamentando lo que se hizo mal o lo que dejamos de hacer a pesar de desearlo, siendo
en realidad lo más importante. Todo ello se relaciona a continuación:
1º) Lamentos por no haber sido fiel
a sí mismo y no haber luchado por sus propios sueños. Es la queja mayoritaria,
y quienes la hacen afirman que se equivocaron de vivir sus vidas aceptando ser y
hacer como los demás querían o esperaban
que hicieran, sin tratar de vivir sus vidas de acuerdo a sí mismos y a sus
propios deseos, necesidades o expectativas. Es decir, sienten que malgastaron
sus existencias llevando una vida conformista con lo que los demás esperaban de
ellos, sin revelarse ni tratar de ser y vivir como ellos realmente pensaban y
sentían.
2º) Arrepentimiento por haber trabajado
tanto y haber quitado, por ello, tiempo a la propia familia, a los seres
queridos que es, en definitiva, lo que le da sentido a la vida. Este lamento es
muy frecuente en el sexo masculino que se quejan de no haber dedicado más
tiempo a su esposa e hijos y haber perdido así un tiempo irrecuperable para
gozar de la compañía de los suyos.
Portada del libro |
3º) Pesar por no haber sido capaces
de expresar los propios sentimientos, por temor a enfrentarse con quienes los
rodeaban, negándose así toda posibilidad de ser auténticos y de llevar una vida
acorde con sus propios sentimientos. La falta de autenticidad y de coherencia
entre lo que expresaban y sentían los llevó a vivir una vida frustrante y poco
feliz, en la que se negaban a sí mismos la posibilidad de alcanzar su propia
realización y la expresión genuina de sus
propias emociones, necesidad que se
frustró en unas vidas en las que se negaban constantemente a sí mismos,
falseando sus propios sentimientos.
4º) Arrepentimiento por no haber
cuidado y mantenido más la relación con los propios amigos, aquellas personas
con las que establecieron lazos de afectos y amistad profunda. La mayoría de
las veces achacan ese desinterés o falta de atención a la escasez de tiempo, a
la lejanía, a las muchas obligaciones o cualesquiera otras causas; pero todas
ellas los alejaron de quienes les importaban de verdad y cuya compañía les
hacían realmente felices. Esta queja e s muy frecuente al igual que quienes se
lamentan de no haber estado más tiempo con sus propias familias.
5º) Lamentaciones por no haberse
permitido ser más feliz, haciendo más caso a lo que en verdad sentían, deseaban
y. por ello, ser más auténticos, revelándose ante situaciones, personas y
hechos que les hacían profundamente desgraciados, pero no tuvieron el coraje de
intentar cambiar lo que era el obstáculo para su propia realización personal. Esta
es una de las quejas más frecuentes, porque encierra la confesión de no haberse
permitidos ser ellos mismos y en esa negación por el propio sentido del deber
mal entendido, o por imposición ajena, encontraron su propia desdicha.
Todos estas quejas y lamentos nos deberían
hacer reflexionar que la vida es un determinado espacio de tiempo que se nos ha
concedido y debemos vivirla intentando ser fieles a nosotros mismos, porque sólo
en esa fidelidad personal y en la autenticidad del binomio sentimientos-hechos
podremos encontrar la única posibilidad de vivir con armonía, coherencia e
integridad que es la clave de toda existencia para que en ella pueda haber
momentos de felicidad y plenitud, sin posibilidad de llegar al final con la
sensación dolorosa y amarga de haber desperdiciado la propia vida, anclada en
el conformismo y la auto-negación.
Para terminar hay que recordar lo
que dijo el genial Charles Chaplin cuando afirmaba: “La vida es maravillosa si
no se le tiene miedo”.
Ese miedo es el que impide a muchos
seres, a una gran mayoría, vivirla y gozarla, a pesar de su inevitable carga de
dolor, con toda la intensidad y esperanza que siempre, generosa, nos ofrece.