Al día de hoy
Unidos contra el cáncer
Leo en el diario “El Mundo” en su edición del 23/10/06, que una determinada campaña contra el cáncer conocida por "Cancer United” (“Unidos contra el cáncer”)y de la que afirman sus creadores que es una campaña paneuropea que demanda un acceso equitativo a los cuidados contra el cáncer en toda Europa y que, pesar de esta declaración de intenciones, esta iniciativa europea ha sido denunciada desde las páginas del diario británico 'The Guardian' por su falta de transparencia y por sus relaciones poco claras con la farmacéutica suiza Roche.
Parece ser que esta campaña, ampliamente difundida desde una agencia de comunicación (Weber Shandwick) y definida por la misma como “un esfuerzo común de pacientes, asociaciones, médicos, enfermeras, investigadores, la industria y los lesgisladores”, buscando la igualdad en el acceso a los nuevos tratamientos contra el cáncer para todos los ciudadanos europeos, ha sido denunciada por un especialista de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, el profesor Michael Coleman, en las páginas del mismo diario británico, The Guardian, ya que, afirma, el proyecto está completamente financiado por el laboratorio suizo y acusa a los organizadores de falta de transparencia, afirmando que:”Los gobiernos se verán presionados para que aumenten sus presupuestos destinados a los fármacos contra el cáncer con el argumento, totalmente espúreo, de que así se logrará mejorar el índice de supervivencia de los pacientes”. La empresa aludida, Roche, ha negado, por su parte, que la campaña, presentada en Bruselas con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, tenga nada que ver con un simple intento de aplicar las nuevas técnicas de mercadotecnia. Sin embargo, a pesar de dicha negativa, varios miembros del Parlamento Europeo y la Coalición Europea de Pacientes con Cáncer (ECPC) se han retirado de la junta directiva de la mencionada campaña Cancer United.
El mencionado profesor Coleman y dos de sus colegas escribieron una carta a uno de los organizadores de la campaña, el profesor John Smyth, de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), exponiéndoles sus reservas sobre la misma. La secretaría de Cancer United es una consultora [Weber Shandwick] y no una organización sin ánimo de lucro. Y como tal debería identificarse , exponen en el escrito enviado. Además, las críticas de doctor Coleman, autor del informe EUROCARE sobre la supervivencia de los pacientes con cáncer en toda Europa, aún se amplian hacia el informe Karolinska, ampliamente difundido y citado en los últimos meses, en el que se valora el tiempo que tardan los pacientes en tener acceso a los nuevos fármacos oncológicos en los diversos países comunitarios y lo relaciona con el índice de supervivencia. Coleman, que criticó dicho documento en la revista 'Cancer World', afirma que dicho informe es simplista y absurdo porque adolece de una adecuada metodología y recuerda que la supervivencia no es sólo cuestión de tener acceso a nuevos fármacos, sino que depende también del diagnóstico precoz y de la combinación de cirugía, radioterapia y quimioterapia. "Las conclusiones del documento son erróneas y pueden llevar a la toma de decisiones políticas inadecuadas. Los grupos de pacientes deberían pensárselo muy bien antes de aceptar el patrocinio de Cancer United ", concluye.
Sin embargo, los organizadores han remitido a E lmundo información que indica que la campaña se llevará a cabo en 27 países europeos con actividades repartidas a lo largo de los próximos 18 meses. En 2008 volverán a Bruselas para presentar sus conclusiones a la Comisión, al Parlamento y al Consejo de MInistros comunitarios. Sus principales objetivos, según indican, es la creación de planes nacionales del cáncer en los Veinticinco, la recogida de un millón de firmas y asegurarnos de que los cuidados oncológicos reciben la atención que merecen .
El comentario que me sugiere dicha noticia, tan importante para la población en general, es que la propia noticia y su significado es preocupante por la gran incidencia que tiene dicha terrible enfermedad sobre millones de enfermos no sólo en Europa, sino en todo el mundo. Es muy significativa la sospecha de la manipulación interesada de la información de dicha campaña, supuestamente encaminada a favorecer la investigación y el acceso de los enfermos a los últimos medicamentos contra dicha enfermedad, lo que hace pensar que se vuelven a enfrentar los intereses mercantiles de las grandes multinacionales dedicadas a la investigación farmacológica y sus propias exigentes leyes del marketing para conseguir financiación de los gobiernos de los países más desarrollados, con el derecho de todo ciudadano, enfermo de esa dolencia, a que no sean objeto sus sufrimientos de mercadeo y tapadera de la búsqueda de financiación extra y apoyo gubernamental por parte de las grandes empresas farmacéuticas.
Es preocupante y, por ello, exigiría un mayor control por parte de las diversas instituciones europeas, además de los gobiernos, en una labor conjunta para conseguir una cooperación adecuada, pero siempre con los controles suficientes y rigurosos que impidieran que estas campañas, que pueden despertar las lógicas esperanzas en los afectados por una enfermedad que es la segunda causa de mortandad en el mundo desarrollado, creadas, fomentadas y presentadas por alguna empresa, entidad u organización médica, intenten conseguir financiación y apoyo, además de cobayas humanas, siempre movidos, aparentemente, por un fin tan loable como es paliar el sufrimiento de muchos millones de seres humanos, con la idea única y prioritaria de conseguir aumentar sus fondos, ayudas y subvenciones que puedan sanear sus arcas y, por consiguiente, sus ganancias, aunque parte de ellas fueran destinadas a la financiación de las investigaciones utilizadas como excusas como forma de “maquillar” el verdadero fin y destino de las ayudas económicas cuantiosas que reciban para ese fin.
Una vez más, el derecho del ciudadano se encuentra en colisión con los intereses económicos que siempre mueven a campañas similares, porque no hay mejor forma de conseguir ganancias fáciles y cuantiosas que no sea a través de incitar la solidaridad de los ciudadanos, particularmente o a través de los organismos de representación política, social y económica, que hablarles de sus propios males, miserias y sufrimientos. Estos medios son eficaces para conseguir publicitar una idea, un proyecto o una campaña orquestada para un determinado fin; pero adolecen de ética, legitimidad y decencia cuando se utilizan para conseguir la cooperación, generosa y desinteresada, de los ciudadanos y de los diversos organismos gubernamentales, para sacarles la pasta, a unos y otros, lo que es, al fin y al cabo, lo que cuesta conseguir por otros medios y que es, en definitiva, lo que cuenta para quienes, para conseguir esos objetivos basados en el más puro mercantilismo en busca de la ganancia fácil, cuentan cuentos solidarios y benéficos que atraen la cooperación desinteresada de los ciudadanos, crédulos y deseosos de paliar sus males o ayudar a sus semejantes.
Malas noticias son éstas que rompen la confianza y la fe en la honradez y la sinceridad de muchas campañas realmente solidarias y auténticas en su compromiso para paliar las necesidades y sufrimientos de una buena parte de la Humanidad; pero, sobre todo, son perjudiciales, en particular, porque matan la esperanza en los muchos enfermos de cáncer que buscan una solución para su enfermedad que tiene que venir siempre de la investigación científica que es la hacedora del bienestar en todos los campos que hoy disfrutamos y que queda en entredicho por una mala actuación de unos u otros; pero de la que salimos perjudicados todos.
Ana Alejandre
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